
Los fondos de inversión sostenibles continúan consolidando su presencia en las carteras de los inversores europeos, impulsados por una mayor concienciación ambiental, social y de buen gobierno corporativo (ESG). La demanda de productos financieros alineados con criterios sostenibles ha crecido de manera constante en los últimos años, especialmente entre aquellos que buscan combinar rentabilidad con impacto positivo.
Las gestoras de activos han respondido a esta tendencia ampliando su oferta de fondos centrados en energías renovables, eficiencia energética, economía circular y empresas con prácticas responsables. Este aumento de alternativas, junto con un marco regulatorio europeo cada vez más exigente en materia de sostenibilidad, está favoreciendo la transparencia y la confianza de los inversores.
Según analistas del sector, los fondos sostenibles no solo se perciben como una opción ética, sino también como una estrategia capaz de aportar estabilidad en el largo plazo, al estar expuestos a sectores con un alto potencial de crecimiento. No obstante, los expertos recuerdan la importancia de analizar en detalle las políticas ESG de cada producto para evitar el llamado greenwashing y asegurar que la inversión responda realmente a criterios sostenibles.